viernes, 14 de octubre de 2011

La salud de Luciano Pereyra


El estado de salud de Luciano Pereyra es un misterio. O, más bien, es el eje de versiones encontradas respecto de la internación del cantante, que ingresó en la clínica San Camilo hace tres semanas, por una intervención en el esófago.

Esta mañana, trascendió la información de una nueva operación en el día de hoy, aunque no encontró respaldo entre las fuentes cercanas al cantante o al centro de salud. En los pasillos de la clínica San Camilo afirman que el lunes último lo operaron por una fístula en el esófago, posterior a la operación de hace veinte días, y le realizaron un drenaje pleural. "Le tuvimos que salvar la vida", habría dicho el cuerpo médico ante la gravedad que alcanzó el estado de salud de Pereyra por un cuadro de neumonía, que lo obligó a estar conectado a un respirador artificial hasta hace unos días.

El cantante se encuentra acompañado por su novia, y dicen que hoy ya se mostró de mejor de ánimo y sentado en su cama, aunque repararon que, a diferencia de lo que dicen las fuentes oficiales, está internado en terapia intensiva y que, de hecho, el centro médico no tiene salas de terapia intermedia.

Sin embargo, desde el entorno del cantante aseguraron que Pereyra se está "recuperando favorablemente" y desmintieron que lo hayan sometido a una segunda operación en las últimas horas. Confirmaron que la única intervención a la que se sometió en esta internación fue la que se dio a conocer hace semanas, "una operación de un trastorno motor del esófago inferior" que fue "complementaria a la de los divertículos del año pasado". "Hubo un principio de neumonía, pero no llegó a levantar fiebre y está medicado, bajo control", agregaron, y minimizaron la información de una fuerte infección pulmonar, y comentaron que se encuentra en terapia intermedia "por pedido de él y su familia, para control y por restricción al acceso".

Según esas fuentes, se espera que le den el alta en los próximos días, aunque tendrá que continuar con la recuperación desde su casa.

Fuente: la nacion

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